La red de acequias
La red de acequias
Son más de quinientos kilómetros de cauces, la más extensa red de riegos tradicionales de la península. A su manera, son una excepción europea. Su etimología es sencilla, en la mayor parte de los casos.
Hoy sabemos que Aljufía, como acequia mayor, fue diseñada como la primera de todas, para traer agua del río, por efecto gravitatorio, desde la presa de la Contraparada a la ciudad reciente. Que, simplificando, significa algo así como «la del Norte o que va por el Norte», como antítesis fundacional a la Alquibla, la hermana más joven, «la que va hacia el sur», también desde el mismo azud, coincidiendo con la orientación de la oración para los musulmanes. Ambas, separándose, van dejando un rastro de acequias menores, acequietas, hijuelas, regaderas, según van disminuyendo de tamaño de cauce y de caudal. Que luego van cambiando de nombre, al pasar por o evitar la ciudad: Benetúcer, Alguazas. Por un milagro, alguien pensó que toda esa agua debía volver al río. y se inventaron los azarbes, las azarbetas, las landronas: no desperdiciarla, amarla hasta verla transcurrir con indolencia, acodados a los árboles y al sentimiento fundamental de la administración de la escasez.
Cuando amanece, la luz viene de La Meca. Si anochece, del camino viejo de Granada y Caravaca. Mezcla de culturas y dioses. Si uno se fija y llega con tiempo, verá posarse mochuelos en la parte más alta de la noria. O puede entablar charla con los vecinos: saben mucho de riegos y de cuidar huertos. En cualquier caso, nuestra visita debl:! Estar reñida con la prisa. Una maravilla.
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